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¿QUÉ HACER PARA TENER UN VIVERO DE BAMBÚ? Tips básicos para implementar un vivero de bambú


Como hemos mencionado en nuestros artículos anteriores, cultivar bambú trae múltiples beneficios entre económicos, sociales y ambientales, asegurando así la sostenibilidad de este recurso. Hoy en día son muchos los productores y productoras que apuestan por él, y son quienes empiezan a evidenciar sus ventajas a corto y mediano plazo.


Una de las actividades que viene tomando mayor interés es la instalación de viveros para la producción de plantones de bambú con la finalidad de abastecer la demanda de plantas, sean ornamentales, para plantaciones productivas o con fines de recuperación de áreas degradadas. Este es un trabajo que puede ser muy rentable, pero existen criterios a tomar en cuenta antes de instalar un vivero. Imaginemos que nuestro proyecto consiste en instalar un vivero desde cero... aquí les dejamos algunos consejos:



1. ¿Qué especie o especies utilizar?


Se calcula que a nivel mundial existen alrededor de 1225 especies de bambú, de las cuales podemos encontrar en Perú alrededor de 65 (entre nativas y exóticas). Entonces, ¿cómo saber cuál elegir? Lo recomendable es trabajar con aquellas especies que cuenten con valor comercial en el mercado, es decir, que el mismo mercado las demande. En el Perú la especie con mayor demanda para plantaciones productivas es la Caña Guayaquil o Guadua (Guadua angustifolia), seguida del Bambucillo (Phyllostachys aurea) y en menor medida el Bambú Gigante (Dendrocalamus asper). En paralelo, podemos trabajar otras especies cuya demanda sea menor pero no menos importante; estas pueden ser para uso ornamental, para recuperación de áreas degradadas como el Bambú amarillo (Bambusa vulgaris var. vittata) o el Bambú Gigante (Dendrocalamus asper), para artesanías, mueblería, entre otros.



2. Procedencia de la semilla


Un aspecto muy importante en esta etapa es asegurar la procedencia de la semilla (sexual o vegetativa) de la especie de bambú que queramos propagar en vivero. Como ya mencionamos, existen muchas especies de bambú a nivel nacional, las cuales pueden ser difíciles de identificar o diferenciar en una planta adulta y más aún como semilla; esto se complica cuando queremos diferenciar una o más especies de un mismo género. Equivocarnos en esta etapa puede significar perder el dinero invertido en obtener las semillas, e incluso problemas con nuestros clientes por ofrecerles plantones de la especie errada.


Por este motivo, recomendamos adquirir las semillas (sexual o vegetativa) de una fuente de confianza, ya sea de un vivero o una plantación con experiencia y garantía. Es preferible que esta fuente sea recomendada y que cuente con la experiencia de plantaciones exitosas.


Chusquín de Guadua angustifolia (semilla vegetativa)

3. Capacidad de producción del vivero


La capacidad de producción de nuestro vivero (es decir, la cantidad de plantones producidos por campaña) dependerá de dos factores: la demanda del mercado y la disponibilidad de espacio y recursos para construir el vivero.


Quizá la demanda inicial que estimemos sea relativa y esta pueda variar en el tiempo, pero nos servirá como referencia. Una forma de calcular cuántos plantones producir por campaña es en base a la meta que tracemos. Debemos tener en cuenta que por hectárea de terreno se plantan entre 400-500 plantas de bambú. Como ejemplo, si nuestra meta es abastecer al mercado para plantar alrededor de 50 hectáreas de terreno, debemos producir como mínimo 20 mil plantones para cubrir esa demanda.


En cuanto al segundo factor, el espacio físico que tengamos disponible determina el tamaño del vivero que podremos establecer y, por ende, la cantidad de plantas que podremos propagar por campaña. Aquí un dato: en base a nuestra experiencia, en 1 m2 podemos colocar alrededor de 100 plantas embolsadas (ojo: depende del tamaño de la bolsa); así podremos calcular la capacidad máxima de nuestro vivero. Es importante considerar también la disponibilidad de los recursos para instalar el vivero: materiales (tierra, arena, madera, malla de vivero, etc.), agua, trabajadores permanentes o ayudantes, vías de acceso (ya que sin ellas no podremos transportar los plantones a los clientes), por mencionar algunos.

4. Diseño del vivero


Ya sea que nuestro vivero sea grande o pequeño, debemos diseñar la distribución de los ambientes para hacer un óptimo uso de los mismos y sacar provecho de todo el espacio. ¡Nada debe ser improvisado!


Un vivero de plantas de bambú suele tener los siguientes espacios:

  • Camas de reproducción, propagación o almácigos: Corresponde al espacio donde se realizará la reproducción o propagación de las plantas de bambú, las que luego serán deshijadas.

  • Área de embolsado: En este espacio se suele realizar la mezcla del sustrato que será colocado en las camas de reproducción y en las bolsas de vivero. De igual manera, el espacio se utiliza para llenar las bolsas de vivero con el sustrato y las plantas de bambú deshijadas, obtenidas luego de la etapa de reproducción.

  • Camas de crecimiento: Es el espacio donde se colocan las plantas embolsadas con la finalidad de promover el crecimiento radicular y de tallos.

  • Almacén: Destinado a guardar todos los materiales y herramientas que se utilizan (palas, tijeras, carretillas, regaderas, fertilizantes, etc.)


5. Calendario forestal


Este criterio es fundamental para que nuestros plantones estén listos en la época adecuada. Las plantaciones de bambú (y en general cualquier tipo de plantación) suelen ser instaladas antes de iniciar la época de lluvias (en Perú entre los meses de Octubre y Diciembre de cada año).


Aquí hay que calcular bien los tiempos. Si los plantones están listos mucho antes de la época de lluvias tendremos que realizar mayores gastos en mantenerlos hasta tal época: más jornales para regar, evitar enraizamiento al suelo, evitar que los plantones crezcan demás, etc.. Si, por el contrario, los plantones aún no están listos luego del inicio de lluvias nos corremos el riesgo de perder a los clientes que buscan plantar antes de esta época. Por ende todas las actividades que realicemos en nuestro vivero deben asegurar que las plantas estén listas en la época adecuada.



Estos son, a grandes rasgos, los criterios que debemos considerar para tener un vivero de bambú. Nosotros recomendamos que esta actividad se realice con el asesoramiento de una persona o empresa con experiencia en viveros de plantones de bambú. Por nuestra parte, la satisfacción de nuestros clientes y nuestra experiencia instalando más de 40 viveros de bambú y asesorando a otros 15 a nivel nacional (personales, familiares, de proyectos privados, municipios locales, de asociaciones, etc.) en alrededor de 12 departamentos desde el año 2009, nos respalda para continuar nuestro trabajo y asesorando a más clientes en este tipo de proyectos.



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